La década de los 80 fue un período de transformación radical e innovación en la música. Más allá de la mera evolución, fue una explosión creativa impulsada por la adopción masiva de sintetizadores, la consolidación del videoclip como forma de arte y la magnificencia de los conciertos a gran escala. En este contexto, surgieron artistas que no solo definieron el sonido de la época, sino también su estética visual y cultural, dejando un legado imborrable que resuena hasta nuestros días.